El oficio de la costura, con un buen patronaje y tejidos impecables, se revaloriza más que nunca en un mundo exhausto de tanto acumular prendas insignificantes. Menos es más: basta jugar con piezas de calidad que sirvan tanto para la noche como para el día, priorizar un buen fondo de armario y entender la ropa como una segunda piel que se adhiere a nuestra personalidad.
Sus prendas básicas con siluetas muy femeninas se convierten en objeto de deseo, como la petite robe noir, el trench, la falda midi o la camisa blanca. La colección rinde homenaje a la Bauhaus –la Escuela que revolucionó la conciencia estética con sus postulados: “la forma sirve a la función, no al revés”-. Sus geometrías sutiles se estampan y serigrafían en los tejidos eternos de la firma: satén, crêpe de cady, linos y algodones. Colores puros: blanco, negro, beige y azul marino se distinguen en un juego de mates y brillos que confiere versatilidad a cada prenda.